jueves, 28 de octubre de 2010

VIVIR PARA SIEMPRE (Ways to Live Forever)



País: España, Reino Unido. Dirección y guión: Gustavo Ron. Intérpretes: Robbie Kay, Alex Etel, Ben Chaplin, Ella Purnell, Emilia Fox, Greta Scacchi, Phyllida Law, Natalia Tena. Música: César Benito. Fotografía: Miguel P. Gilaberte. Distribuye en Cine: European Dreams Factory. Duración: 95 min. Público apropiado: No recomendada para menores de siete años. Género: Drama. Estreno: 29-10-2010.

Interrogantes

Sam es un muchacho de doce años, inquieto, al que le gustan los hechos curiosos, escribir y usar su cámara de video para reflejar lo que ocurre a su alrededor. Pero una grave enfermedad ha puesto límite a su joven vida. Antes de morir escribe una lista de lo que le gustaría hacer. Pero también dejará constancia en un diario, y en la memoria de su cámara, de una serie de cuestiones a las que ningún adulto le sabe responder con claridad: por qué tiene que morir tan joven, el sentido del dolor y su relación con la existencia de Dios, el más allá, etc. Para abordar tales dilemas, Sam contará con la ayuda de Félix, un amigo enfermo de leucemia como él pero con un carácter mordaz, su maestra y su propia abuela.

Gustavo Ron cambia de registro tras su debut hace cinco años con la comedia Mia Sarah, y nos traslada ahora a un drama en tierras inglesas. Como sello inconfundible del estilo de este director madrileño permanecen una bella fotografía (del entrañable Miguel P. Gilaberte, antiguo colega de docencia universitaria) y una banda sonora exquisita. Y a pesar de su previsible dramatismo, Vivir para siempre se ve con agrado, posee un tono amable y logra que el espectador sonría en varias ocasiones.

Tal vez se eche en falta una postura más nítida, algo más de definición, respecto a los temas de fondo que plantea. Es cierto que nos sentimos interpelados por las preguntas del protagonista y el filme nos hace pensar –que no es poco, tal y como va el cine actual más taquillero–. También es posible descubrir en la cinta de Gustavo Ron una apuesta por la trascendencia, pero todo ello sugerido de un modo que, para mi gusto, resulta demasiado tenue, como buscando evitar la polémica. Algo que otros realizadores españoles no suelen eludir, incluso para defender lo indefendible o proponer ideologías más que dudosas.

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